Ascocarpo: sobre ± 3,5-12 x 3 x 10 2-6 mm, de color blanquecino de jóvenes, después ocre claro, ocre-anaranjado, pardo oscuro en seco; de forma globosa pero muy irregular, con pequeños lóbulos que le dan aspecto de cerebro, de donde toma su epíteto. Dotado de una pequeña base, a menudo hueca y con residuos miceliales que engloban substrato, con ciclo vital hipogeo que forma ascomas más o menos globulosos, de hasta 10 mm de diámetro, cerebriformes, con surcos y circunvoluciones que comunican con el interior de la gleba; superficie glabra o ligeramente furfurácea, de color ocráceo-amarillento; base provista de una pequeña hendidura en la que se aprecian algunos restos micelianos.
Peridio: delgado, de entre 40 a 80 micras de grosor; concolor, blanquecino al corte; con estructura de elementos rechonchos entre ± 12-25 x 7- 12 micras. Superficie de ± 6-10 micras de grosor, glabra o ligeramente escabrosa-pubescente, muy rugosa en exsicata.
Gleba: concolora, de aspecto granujiento, con escasas o nulas venas blancas de distribución confusa. Olor intenso y agradable en el momento de su recolección, afrutado-achocolatado, un poco similar al de Melanogaster broomeanus pero muy efímero. de blanquecina o ligeramente pajiza a ocre-avellana u ocre-pardo, ligeramente anaranjada. Estructura homogénea con pequeñísimas venas irregulares de color blanco-marfil, con algunas celditas con forma de fisuras que separan las áreas fértiles. Olor débil dulzón.
Color de la esporada:
CARACTERÍSTICAS MICROSCÓPICAS
Gleba: compuesta por hifas entrelazadas septadas sobre ± 5-10 micras de Ø.
Ascos: vesiculosos, indehiscentes e inamiloides, habitualmente octospóricos, pero también con 4-5-6 ó 7 ascósporas; de hasta 160 x 111 micras y erráticamente dispuestos en nidos sobre el tejido fértil, que no mantiene ningún tipo de organización himenial, de muy anchamente elípticos a subglobosos, con dimensiones entre ± 80-125 x 60-90 micras, con cortísimo pedicelio, octospóricos, ocasionalmente con 4-7 esporas.
Esporas: hialinas y lisas al principio, amarillentas y retículo-alveoladas en la madurez; esféricas, de (18)-20-22-(27) micras (ornamentación excluida), con una gran gútula interna; mallas poligonales variadas, habitualmente irregulares, completas o incompletas, con espesamientos espinosos, rectos o con sus extremidades uncinadas en los nudos de las mismas, de hasta 8 micras de altura y que se sobreelevan 3-4 micras sobre la superficie de los alvéolos. (14)16 - 20(21) micras. esféricas, con dimensiones entre ± 12-25 micras, de color hialino-amarillo claro, primero lisas, después reticuladas y luego con aguijones evidentes, más oscuros, de 2-3 micras de altos, dispuestos en los nudos de la malla, ésta de forma poligonal irregular y de varias medidas entre 3-5 en el Ø de la espora.
Paráfisis: ausentes.
Peridio: de naturaleza pseudoparenquimática formado por hifas vesiculosas a poligonales, con paredes muy ligeramente engrosadas y diámetro progresivamente descendente hacia la superficie.
OTROS
Hábitat: Los ejemplares estudiados crecían bajo el suelo de un bosquete de Fagus sylvatica, Corylus avellana y Salix caprea. Julio a octubre. En bosques de latifolios y coníferas, a una altitud que va de los 200 a los 1200 m. Especie otoñal, aunque en ocasiones puede aparecer a finales de primavera o principio de verano.
Comestibilidad: Sin valor culinario.
Observaciones: Taxon que no parece ser muy frecuente o pasa inadvertido en nuestro país. Por lo demás, es fácil de identificar dadas las características esporales, la ausencia de tejido fértil bien organizado y sus particularidades morfológicas. Para muchos autores el género Hydnobolites pertenecería a la familia Terfeziaceae, ocupando una posición intermedia entre Terfezia y Pachyphloeus, y compartiendo con éste último la apetencia por lugares no excesivamente xero-termófilos, ya que ha sido hallado en muchas regiones de la Europa húmeda. Varios autores aceptan la determinación taxonómica de Hydnobolites y Terfeziaceae en una posición intermedia entre Pachyphloeus y Terfezia, por la estructura venosa de la gleba, la ausencia de un himenio y los ascos subglobosos, octospóricos. La clasificación puede hacerse atendiendo a caracteres macroscópicos, tales como su aspecto de cerebro, el color blanquecino vítreo-ceroso y la textura blanda en la fase juvenil del hongo.